Haciendo honor a su estilo y manera de entender el arte, no dejaron indiferente a ningún transeúnte despistado que pasaba por el Paseo Independencia o la Plaza de España.
Con un espectáculo que era una patada a las conciencias e incluso transmitía en algunos momentos cierta violencia, como violencia transmite la intolerancia, azuzaron como siempre nuestras conciencias buscando una respuesta, una reacción ante el racismo.
Zargrüp fue precedido por una actuación previa del bailarín cubano Reynaldo Hernandez, que realizó un número de raíces africanas de enorme vistosidad.
Este acto da el pistoletazo de salida a una semana repleta de actos, algunos de los cuales también son idea de Somos ARTe, que seguirá el lunes 21, día internacional contra el racismo y la xenofobia.
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